El Sindicato de Amas de Casa presenta su libro SACRA, 40 AÑOS

Un libro que recorre cuatro décadas de la organización gremial de amas de casa que nació en 1983 como una novedad trascendental en la defensa de los derechos de las mujeres que realizaban las tareas en sus hogares.

Mañana lunes, 25 de setiembre, en el Teatro Santa María, en Montevideo 842 de la ciudad de Buenos Aires, el SACRA presenta el libro que narra en primera persona la historia de la organización de mujeres pioneras en revalorizar las que las mujeres realizan en sus hogares.

Cuarenta años después, la sociedad ha cambiado. El trabajo del hogar es unánimemente reconocido como “tareas de cuidado” y el SACRA destaca el aporte decisivo de las amas de casa, que incide en la economía y es motor del sistema productivo.

En el encuentro estarán las integrantes del Consejo Directivo Nacional que preside María Lucila “Pimpi” Colombo. Dirán presentes las responsables de todas las filiales provinciales de SACRA. Rita Colli, de Santa Fe; Elvira Miranda de Corrientes; Betty Mirkin de Tucumán, Elida Vigo de Misiones; Nélida Parra de San Juan; Carmen Suárez de Córdoba, Graciela Peressoni de Catamarca, Carmen Flores Área Metropolitana (Capital y Provincia de Buenos Aires), Patricia Rodrigo de Chubut, Andrea Cruz de La Rioja, Estrella Cortés de Santa Cruz, Nélida Beatriz Barría de Río Negro, María Stella de San Luis, Cristina Magnano de Chaco, María Laura Palero de Mendoza, Mirtha Ríos Betancur de Neuquén, Claudia Sosa de Santiago del Estero, Yolanda Serapio de Jujuy, Natalia Díaz de Salta, y 300 delegadas.

El libro fue un relato colaborativo, donde cada provincia aportó su historia y su experiencia unidas en una experiencia común.

Admitir el valor de las labores domésticas deja en claro que toda mujer es una trabajadora. Y eso significa reconocer su derecho a agremiarse, a juntarse con sus iguales para luchar por el bienestar común.

El SACRA se planteó dignificar las tareas hogareñas, consciente de que, como bien dijo Evita, el reconocimiento de los derechos requiere independencia económica. Las mujeres que durante años organizan la vida familiar deben tener salario, jubilación, una obra social que proteja su salud y la de los suyos y un sindicato con el que luchar por sus derechos.

La tenacidad de un puñado de militantes que cuestionó el sentido común de la época y visitó casa por casa a las futuras afiliadas logró que hoy millones de mujeres puedan decir: “Yo trabajo, soy ama de casa”.

SACRA se enorgullece de haber dado voz a mujeres que nunca habían sido convocadas y que por primera vez alternaron sus obligaciones familiares con el debate público y la presencia en la calle. Así se forjaron varias generaciones de dirigentes y se jerarquizó socialmente el papel del hogar y de la familia, a partir de criterios más justos y se construye una organización gremial única en el mundo.

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